
Ni siquiera 5.
Ni 2 ni 3...
Asumir el paso del tiempo no es fácil, ¿verdad? A medida que te vas haciendo mayor, a veces cuesta hasta reconocerte en tu propia piel.
Aunque nos encantaría tener ese don, no podemos prometer quitarte años del DNI, porque eso es imposible. Perdón por el spoiler, pero no se puede dar marcha atrás al tiempo.
Lo que sí se puede es prevenir y cuidar. Y eso es lo que hace nuestro serum antioxidante de malva y camomila. Este aceite seco, satinado y aterciopelado es emoliente y reparador y un potente aliado para hacer frente al estrés oxidativo de la piel.
¿Qué es el estrés oxidativo de la piel?
Enseguida lo vas a entender. Los radicales libres son moléculas que han perdido un par de electrones por el camino.
¿Sabes lo que hacen para recuperarlos? Pues «robarlos» a la primera molécula que pase por delante. La historia es que de esa manera tu organismo va acumulando radicales libres y estos son los culpables del envejecimiento de la piel (y no solo).
La única solución para que no vayan por ahí a su libre albedrío, quedándose con electrones que no les pertenecen, son los antioxidantes.
Los antioxidantes son otras moléculas que muy amablemente ceden sus electrones a los radicales libres equilibrando sus efectos.
El problema es que llega un punto en el que tu organismo produce más radicales libres que antioxidantes y esto provoca el envejecimiento de tu piel.
Y es que, además de ley de vida y genética, hay un montón de factores externos que hacen que la cosa se desequilibre más todavía y tu piel envejezca antes de lo previsto.
¿Cuáles son estos factores? Seguramente ya los conoces:
- El tabaco.
- La contaminación.
- El alcohol.
- El estrés.
- Una mala alimentación.
- La exposición solar.
Todos ellos generan más moléculas cojas (radicales libres), o lo que es lo mismo, te ponen años encima provocando la aparición de arrugas, manchas y flacidez.
Y como ya te hemos dicho, los años en la piel son como los tatuajes. Una vez que los llevas puestos, ya no hay marcha atrás.

Pues bien. Gracias al oleato de malva y los aceites vegetales de hueso de cereza, albaricoque y jojoba, nuestro serum azul está llenito de antioxidantes.
Así que quitarte años no te los va a quitar —milagros a Lourdes, amiga— pero sí que va a prevenir que tu piel envejezca antes de tiempo y hará que la sientas más calmada, hidratada y flexible.
Además, si has tomado el sol este verano (lo confesamos, nosotras un poco), reequilibrará tu epidermis, reparándola y nutriéndola en profundidad, frenando los efectos secundarios de las largas horas frente al mar.
De una fragancia dulce y floral a malva, el serum azul también disminuye la aparición de las manchas cutáneas. Sí, las mismas que afean la piel y que tanto la envejecen.
Y todo esto solo con aplicar un par de gotas cada mañana. Eso sí, ya sabes que la constancia es clave y que tienes que calentar el producto en las palmas de tu mano para activar sus principios activos.
Y ahora, la pregunta del millón: ¿De dónde viene el color azul? Gracias al azuleno, un compuesto que se extrae de la camomila.
Este principio activo posee propiedades antiinflamatorias, antialérgicas y de regeneración tisular, es decir, ayuda a que los tejidos dañados como un corte, una herida o una quemadura, se reparen de manera más eficiente a nivel celular, y así mejorar marcas como por ejemplo las de acné.
Es muy curioso, pero la flor de la camomila cuando se destila, libera un pigmento que le da ese precioso color cielo. Esta es también parte de la magia de la aromaterapia, que no sabes hasta que punto la naturaleza te sorprende.
Así que ahora ya lo sabes, años no te vas a quitar, pero si puedes prevenir, reparar y sumarlos más lentamente. Y lo más importante: sentirte a gusto en tu piel.