Leire Unzueta o cómo tener la valentía de dejar un trabajo “normal” para dedicarse a fotografiar bosques

 

Leire transmite calma. No solo en sus fotografías, sino también cuando habla.

Fotografía los bosques como nadie, son su seña de identidad, y su trabajo evoluciona en paralelo a su crecimiento personal, esto explica que de un tiempo a esta parte sus imágenes sean más luminosas y amplias.

Dice que tiene la suerte de ir buscando continuamente la belleza, pero la realidad es que lo que tiene es el don de saber verla.  

Siempre le gustó viajar, el arte, la fotografía y la naturaleza. Y da gusto en estos tiempos escucharle decir “ahora me dedico a lo que me gusta”.

 

 

 

 

Te ganabas la vida como profesora de inglés hasta que un día decidiste dedicarte de lleno a la fotografía. ¿Cuál es ese propósito tan fuerte que te ayudó a tomar una decisión tan difícil como suele ser un cambio de vida?

Me llevó y me costó muchísimos años, terapia incluida. Dejar un trabajo estable, aunque no fuera un trabajo ideal, no fue fácil.

Darme cuenta de que los años pasaban mientras yo me sentía estancada, haciendo algo que se me daba bien y con gente a la que apreciaba pero que no me aportaba felicidad, fue duro.

Al final me di cuenta (siendo consciente de que tengo mucha suerte por tener la posibilidad de poder hacerlo) de que estaba en un bucle del que no salía y quería hacer cosas que realmente me llenaran.

Me dio mucho miedo. Tardé muchos años en tomar la decisión pero creo que ha sido una de las mejores cosas que he hecho.



Leire, sabemos que fotografías otro tipo de, pero ¿qué tienen los bosques que no encuentras en otro lugar? 

Empecé a fotografiar bosques porque viajaba siempre a la naturaleza, a paisajes espectaculares, pero claro, solo una vez al año.

Al volver a casa sentía que necesitaba seguir fotografiando la naturaleza y por disponibilidad lo más cercano era el bosque. Luego fui cogiendo afición y empecé a descubrir cómo entraba la luz, etc. Y me di cuenta de que realmente era un paseo en el que desconectaba de todo lo demás y conectaba conmigo misma.

Una forma de ser creativa y al mismo tiempo reorganizar mis ideas, calmar “mi tarita mental”. Un poco de terapia.

Esto ha ido cambiando al mismo tiempo que yo y he ido dejando atrás los paisajes oscuros para fotografiar con más calidez, otros entornos, otros paisajes. Y complementar unos y otros me está gustando mucho.

 

 

 

 

¿Cómo entiendes la belleza?

La belleza es subjetiva. Creo que tengo mucha suerte porque constantemente estoy buscando lo bello. No solo en la fotografía sino también en el día a día.

Intento encontrar lo especial de cada día. Porque me han gustado las nubes de ese día o porque he tenido la suerte de ver ese atardecer o porque he estado con alguien y me he tomado un café rico. No necesariamente lo bello tiene que ser algo, sino que pueden ser momentos cotidianos del día a día.

El fotografiar la naturaleza te lleva a buscar lo bello de los paisajes. Estoy todo el rato buscando.

 

¿Qué música le pondrías a tus fotos?

Me gusta la música muy aburrida y lenta. Soy muy de música folk tranquila. Con guitarras, pianos, violines… Me gusta mucho Gregory Alan Isakov, Novo Amor y Bon Iver. Música bastante melancólica. Yo creo que iría por ahí la cosa.

 

¿Cómo es el proceso creativo detrás de tus fotografías?

No sé si tengo un proceso creativo como tal. Acostumbro a ir a los sitios buscando unas condiciones climáticas concretas y las posibilidades que puede haber de foto.

Busco la composición y disparo la cámara. Esta es la parte “fácil”. Para mí la parte más creativo y en la que más experimento llega después, en casa, cuando edito y doy color a las fotografías.

Las dos partes son igual de importantes, pero a veces siento que casi disfruto más terminando la foto que haciéndola. No sé muy bien por qué.

 

Si tuvieran aroma, tus imágenes olerían a... 

A pino. Las fotos de bosque huelen a madera, a hierba mojada, a lluvia.

En cambio las fotos de la costa, huelen siempre a mar. Al viento. Es difícil describirlo.

 

 

 

 

¿Dónde encuentras la inspiración?

La inspiración está en todas partes. A la mañana cuando nos vestimos, cuando decidimos qué hacer para comer. En los libros, en lo que ves, en lo que aprendes, en lo que hablas con a gente, en los museos.

La inspiración está en el día a día, puede ser en tus referentes o en otros fotógrafos. Esto no quita que de vez en cuando no tenga bloqueos creativos, pero hay que aceptarlos y de repente la inspiración vuelve de alguna manera.

En esos momentos intento fluir y obligarme a salir con la cámara.

 

¿Cuál es tu fotografía favorita y qué historia hay detrás de ella?

Tengo varias. Una que supone un cambio en mi vida. La hice en una tarde muy muy oscura como a las 20:00 de la tarde. Estaba en el bosque y cogí un helecho.

Fue una foto que a día de hoy representa el cambio. Por la situación que estaba viviendo en ese momento. Las cosas en casa no estaban del todo bien y fue entonces cuando empecé a ir a terapia y tomé la decisión de dejar el trabajo. De hecho llevo esa foto tatuada en el brazo.

También hay otras que me gustan por sus colores, por lo que viví en ese momento o por el lugar en el que estaba. Tengo muchas favoritas.

 

 

 

 

Empezaste a viajar siendo muy joven, ¿qué crees que te ha aportado? ¿Qué suponen los viajes en tu vida?

El viajar me ha aportado todo. He aprendido de otras culturas y que hay muchas cosas más allá de nuestras fronteras, otras realidades. Ni mejores ni peores, pero que nos recuerdan que hay otras cosas y maneras de vivir.

He visto lugares espectaculares. He vivido experiencias muy bonitas, he conocido mucha gente. Viajar, si puedes hacerlo, es el dinero mejor invertido de la vida y yo he gastado mucho, pero no me arrepiento de nada.

Es la mejor manera de conocer la manera en qué vivimos.

Los viajes en mi vida es un cambio de rutina. Es desconectar, ver lugares nuevos, comer comida diferente. Siempre intentamos (hasta ahora) viajar al extranjero. Para mí es una parte muy importante en mi vida.

 

¿Hay algún tipo de ritual o cuidado de la piel que lleves haciendo toda la vida?

La verdad es que yo en este tema soy bastante negada. Me encantaría aprender más. Lo único que hago es darme crema después de la ducha. Tanto en la cara como en el cuerpo, pero me gustaría saber más.

 

 

 

 

Y por último, ¿qué hace que la naturaleza esté tan presente en tu trabajo? ¿Qué te llama de ella?

Soy una persona bastante introvertida, me defiendo bien en grupos muy muy reducidos, por eso me cuesta mucho fotografiar a gente. Siento que antes de hacer fotos a alguien tengo que crear un vínculo, que tengo que conocerles más o por lo menos echar un café.

Fotografiar la naturaleza me da la oportunidad de trabajar sola, de hacer un poco lo que me da la gana, sin necesidad de depender de nadie.

Me da libertad. Y aparte paz y tranquilidad. Me dan ganas de salir, ver sitios nuevos, amaneceres, atardeceres. Siento que me aporta más a nivel personal fotografiar la naturaleza.

Disfruto mucho de ello. Puedo hacer un plan entero para hacer unas fotos en un sitio bonito.

Muchas gracias, Leire por permitirnos viajar a través de tus fotografías y acompañarte en uno de tus paseos por el bosque. Si quieres ver más del trabajo de Leire aquí tienes su web y su Instagram.

 

 












Texto Verónica Martín / Fotografía Leire Unzueta
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