
Una crema para el día, otra para la noche. Una diferente para cada estación. Y otra dependiendo de la clasificación de tu piel.
Dílo tranquilamente.
Que lleguemos nosotras defendiendo el uso de una única crema para todo cuando en el mercado hay casi una para cada día del año y tipo de piel, suena —cuanto menos— raro.
¿A ti también, en general, en la vida, todo te funciona mejor cuando SIMPLIFICAS y te lo pones fácil?
A tu piel le pasa lo mismo. Solo necesita dos cuidados específicos: nutrir e hidratar y un ph equilibrado. Y punto.
Sin más complicaciones.
Para que lo veas claro. Cuando nutres tu piel le estás dando de comer; cuando la hidratas, de beber. Necesidades básicas cubiertas, check.
Con esto, el órgano (acuérdate de que lo es) más grande del cuerpo ya tiene todo lo que necesita para vivir. Solo hay otro factor a tener en cuenta.
Vive y deja vivir
Este es el único otro requisito que tu epidermis pide: que la dejes vivir. Así de sencillo.
¿A qué nos referimos? A que es crucial respetar la microbiota propia de la epidermis y mantener regulado el ph en 5.5 —qué es ácido, no neutro—.
Para entendernos, la microbiota es el “ecosistema” natural de la piel y el ph su principal mecanismo protector.
No intervenir en su desarrollo es la única manera de asegurarte que las bacterias buenas y necesarias sigan viviendo felices en tu piel y de evitar las malas como el acné y otras alteraciones. Y ya estaría.

Ni mixta ni grasa ni seca
Pongamos fin a este mito. No hay pieles ni secas ni mixtas ni grasas.
La piel está compuesta de agua y grasa de forma natural.
Lo que hay personas con mayor índice de sebo (si eres de estas, ¡enhorabuena!, a pesar de todo lo que hayas oído eres una afortunada porque tienes un extra de nutrición) y otras con falta de agua.
En este segundo caso, es probable que, de vez en cuando, sientas tu rostro incómodo, tirante y con arruguitas marcadas. Necesita hidratar y nutrir.
Tanto si tu piel tiene exceso de grasa como necesidad, UNA única crema que regule estas funciones es más que suficiente para que tu piel luzca sana, luminosa y firme.
Sí, UNA sola.
Pues bien, esto que parece tan sencillo, no lo es (o al menos, no lo era hace unos años). Y ahora es cuando nos remontamos a los tiempos de Maricastaña.
Puede que nos conozcas de hace tiempo o puede que acabes de aterrizar por aquí. Si eres de estas últimas (¡bienvenida!), te contamos que nuestra andadura empezó con un salón de belleza propio en el centro de Bilbao.
Y la realidad es que hace 7 años nos costaba encontrar la crema que queríamos para realizar nuestros tratamientos faciales en cabina que cumpliera con nuestras expectativas.
¿Qué hicimos entonces? Pues ya sabes, «si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma». Así que aquí las hermanas Aviñón nos liamos la manta a la cabeza y decidimos crearla.
Y ya de hacerla, había que hacerlo bien. 3 eran los requisitos no-negociables:
- Que tanto su aroma a limón, geranio y rosas, como su textura nutritiva fueran parte de los beneficios y aportaran, además, bienestar emocional.
- Que sus ingredientes fueran botánicos y de procedencia local.
- Y sustituir el agua como ingrediente base (lo que sucede en la mayoría de las cremas) por hidrolato de rosa damascena, rico en vitaminas y minerales.

La crema facial hidratante de Nasei acababa de nacer.
Producida con lavanda de Brihuega, rosas y geranios de Murcia que se destila en Caravaca de la Cruz (también Murcia) y almendras procedentes de Alicante.
¿Por qué elegimos geranio, lavanda y rosas? ¿Qué pueden hacer estas plantas por tu piel?
Empecemos por el geranio. Seguro que conoces esta flor por verla en balcones y jardines, pero ¿sabías que es un potente antioxidante que favorece la regeneración celular?
Dicho de otro modo, el geranio hace que tu piel envejezca más lentamente.
¿Qué te vamos a decir de la rosa? Si sus propiedades son infinitas. Desinflama la piel, la protege frente a los radicales libres, la calma, suaviza las líneas de expresión, la regenera y hace que la sientas más flexible y elástica.
Y por último, la lavanda, que equilibra y calma todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles.
Con todo esto, lo único que podemos contarte es que no sabíamos si tendría éxito o no, pero sí que habíamos conseguido hacer la crema de la que nos sentimos orgullosas.
Imagínate cómo nos sentimos al echar la vista atrás y darnos cuenta que en todos estos años se han vendido unas 4000 unidades y que hay hasta una mujer en Canadá que encarga que se la lleven cada vez que alguien va a visitarla.
Pues eso. Felices.
Y todo esto, con UNA única crema. Por si te quedaba alguna duda de que SIMPLE, siempre mejor.