Por qué después de tu práctica te ves guapa y otros asuntos importantes que nadie te contó sobre el yoga

 

Corrígeme si me equivoco, ¿no es cierto que parece que tu piel está más tersa y luminosa después de hacer varias repeticiones del saludo al sol?

Si me lo permites, te respondo yo misma: es así y no es fruto de la casualidad. La explicación está en la microbiología.

Resulta que cuando sudas segregas toxinas, agua y ácido láctico. Este último ejerce de exfoliante natural.

Algo así como una versión suave y menos agresiva del ácido salicílico y el glicólico. 

Por este motivo, en general, la gente que hace ejercicio físico tiene la piel más firme, lisa y unificada.

 

 

 

 

Sudar tiene efecto peeling, solo que en lugar de usar el producto en tu dermis, lo generas desde el interior.

Y ya sabemos que los cambios y las mejoras reales empiezan siempre de dentro afuera (y no al revés).

Por si te parece poco, te cuento que el ácido láctico es despigmentante, así que sirve también para tratar las manchas de tu piel.

 Al hilo de esto. Otro apunte importante del que nadie te suele avisar antes de tu primera clase: en yoga se suda

Depende del estilo, eso sí. 

Pero si alguna vez has dicho «el yoga es demasiado tranquilo para mí» , «yo es que necesito algo más cañero», te invito a que pruebes una clase de Power, de Rocket o de Bikram yoga. 

Y, después, me cuentas.

 

 

 

 

Más cosas que me hubiera gustado saber antes de iniciarme. 

No es necesario ser superflexible, ni te van a obligar a hacer posturas invertidas, cabeza abajo.

El yoga va de escucharte mucho. A ti y a tu cuerpo. Solo tú marcas los límites, las exigencias se quedan fuera de la clase.

En cuanto a la necesidad de ser elástica, hay una máxima que dice que «si puedes respirar puedes hacer yoga». Pues eso.

Tampoco tienes que llevar pantalón naranja (si quieres, sí, claro) ni vestirte de nada. Solo ir cómoda.

Seguimos. El yoga engancha

Tú empiezas medio de casualidad y cuando te quieres dar cuenta estás haciendo malabares para encontrar el hueco y llegar a tu clase.

O para que la esterilla te quepa en la maleta aunque solo vayas a estar 3 días fuera. Palabrita de yogui.

Ahora te cuesta creerlo, pero acabarás cantando el mantra «om» a todo volumen y sin vergüenza alguna. 

No importa que el primer día que lo escuchaste te diera la risa o pensaras que te estabas metiendo en una secta.

 

 

Saltamos a lo mundano. Para mantener su buen estado y cuidar la higiene necesitas limpiar tu esterilla cada vez que la uses

Lo ideal es que lo hagas con un paño y un producto que la proteja de las bacterias y sea respetuoso con los distintos materiales y el medio ambiente.

En esto, podemos ayudarte

 

 

 

 

Por último y no menos importante. Descubrirás que el yoga va mucho más allá de mover el cuerpo o hacer ejercicio físico

Es una herramienta para aplicar en tu vida diaria que, como dice Marta de la Orden, «te ayuda a parar y observar, a ser mucho más amable con tu cuerpo».

Marta es la autora de las inspiradoras fotografías que acompañan este artículo. 

Su historia de amor con el yoga empieza como la de tantas otras personas: por necesidad. 

En su caso, dos han sido las veces que esta disciplina ha acudido al rescate. La primera, por necesidad física: «era joven y arrastraba mucho dolor después de haber tenido un accidente gordo de moto».

La segunda, respondiendo a una búsqueda emocional y profunda: «decidí dar un vuelco a mi vida, dejar el mundo de la publicidad —en el que trabajaba como directora de arte en una agencia grande— y dedicarme tiempo a mí.

Empecé a ir al psicólogo y a cultivar cosas que me hicieran sentir bien. Así que me metí de lleno a estudiar durante dos años diferentes estilos de yoga y su filosofía».

Encontró su camino de la mano jugando con dos de las cosas que más le gustan hacer del mundo: el yoga y la fotografía.

Cuenta Marta que tiene el recuerdo de ir con una cámara en las manos desde niña, cuando se dedicaba a fotografiar a su familia y a todos los animales que se cruzaba en el camino.

En aprendizaje continuo, la fotografía y la creatividad son sus herramientas para dar salida a sus emociones y a una sensibilidad de la que pocas personas pueden presumir.

Suerte la nuestra acompañarte en uno de estos viajes, Marta.

 

 

 

 

P. D. Si entre el ruido de Instagram te apetece encontrar belleza y calma, te recomendamos que sigas el perfil de Marta. Pura inspiración.

Si aún dudas si empezar o no con yoga, te animo a que pruebes y tengas presente lo que te hemos contado. 

Y si te nace, acuérdate de contarnos tus primeras impresiones. Ya sabes que siempre nos encanta escucharte.

 

 

 

Fotografía Marta de la Orden
Textos Verónica Martín
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