Brihuega, así de bonitos son los campos de lavanda a menos de una hora de Madrid

En Guadalajara. En plena Alcarria y a tan solo 45 minutos de la capital. Aquí es donde encontrarás este impresionante lugar.

No es casualidad que en las últimas semanas las redes se hayan llenado de fotografías teñidas de malva. La lavanda florece a finales de julio y agosto es el momento de su recogida, justo cuando su aroma está más concentrado.

Y sí, en vivo el espectáculo para los sentidos es indescriptible.

 

Pero es que, además, estos campos de Castilla La Mancha son el origen de gran parte de la lavanda que usamos en nuestros productos.

No solo los nuestros, porque el 10 por ciento de la producción mundial total de aceite esencial de lavanda llega de Brihuega. El nombre que a todos nos cuesta pronunciar, pero cuyas belleza se nos queda grabada en la retina para siempre.

 

 

 


¿Sabías que para conseguir 1 litro de aceite esencial es necesario destilar entre 130 y 150 kilos de flores? A modo de curiosidad, te contamos que se conocen más de 60 especies de esta flor en todo el mundo y que sus compuestos orgánicos aromáticos varían en función del clima de su lugar de cultivo.

 

 

En Brihuega se cultivan dos de estas variedades: la lavanda fina de origen francés y el lavandín. El aroma de la lavanda fina es más suave y floral, mientras que el lavandín es un cruce entre la lavanda y el espliego, habitual de la península ibérica.

Este es el tipo de lavanda que también cultivamos en Otañes, una de las huertas de Flores del Norte, nuestra línea de hogar, ubicada en un pequeño pueblo de Cantabria. 

Y es que, además de regalarnos la vista, la lavanda tiene un montón de propiedades. Te las contamos:

El lavandín se utiliza como nota de fondo en perfumería. En Nasei lo hemos elegido como  composición de nuestro nuevo perfume de hogar,  «Paseo por el campo», combinándolo con otro tipo de aceites esenciales para conseguir que perdure por más tiempo en el ambiente.

 

 

A nivel emocional es un ansiolítico natural, relajante y facilita el sueño. Por eso queríamos aprovechar sus beneficios para que puedas vaporizar tu cama y sábanas con la bruma de almohada «Dulces sueños» y disfrutes de un sueño reparador.

Está demostrado que al oler la lavanda sus moléculas viajan desde la nariz al cerebro produciendo una sensación real de bienestar que calma y alivia hasta las migrañas más intensas.


Además, entre sus compuestos, la lavanda contiene una sustancia que aleja a los insectos. Otro motivo más para su uso. Súmale que es desodorizante y que si lo vaporizas sobre prendas o armarios reduce la sensación de olor a humedad y cerrado y ya tienes nuevo perfume favorito.


Todo ventajas. Pero sobre todo, un refugio mental en el que sentirte bien y  al que siempre puedes volver. Solo tienes que cerrar los ojos, inhalar su aroma y trasladarte al dorado atardecer de Brihuega en una tarde de verano.


 


 

 

Texto de Verónica Martín / Fotografía Lorena Aviñon

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